En plan, obvio, básicamente, en verdad…
Así tal cual, todas estas palabras (en plan, obvio, básicamente, en verdad…) de corrido no tienen ningún sentido, ¿ verdad?
Así tal cual, todas estas palabras de corrido no tienen ningún sentido, ¿ verdad? Pero resulta que se han convertido en el vocabulario base de millones de jóvenes y adolescentes que hablan español en España, y en los últimos 5 años han llegado al top de las palabras de la lengua española más usadas entre ellos.
Los idiomas, todos ellos, tienen una cosa mágica que a la vez los hace aún más interesantes y es que evolucionan de una manera veloz, con energía. Esto indica que están vivos, que son dinámicos. Los jóvenes no hablan como sus mayores y estos no hablaban como sus padres en su momento tampoco. Hay modas lingüísticas que vienen y van, y hoy nos queremos concentrar en el uso, para mi gusto, desmesurado de ciertas palabras que podríamos decir se han puesto de moda, por ejemplo «en plan».
«En plan» es como «el nuevo chicle, es flexible y está todo el día en boca de nuestros jóvenes».
En un artículo de Lola Pons en la revista Verne de El País, se refieren a «en plan» como «el nuevo chicle, es flexible y está todo el día en boca de nuestros jóvenes». Me gusta esta comparación, pero que sea útil y se use con criterios concretos no quiere decir que no llegue a resultar exasperante cuando lo oímos constantemente en la boca de jóvenes y adolescentes españoles.
«En plan» se ha usado desde siempre y por hablantes de todas las edades, queriendo expresar intención, modo, o ‘en actitud’: «vinieron en plan pelea», «la fiesta es en plan casual», «estamos en casa en plan relajado». Pero lo novedoso es todos los significados nuevos que ha adquirido en el español actual de España: «Jaime no viene hoy a clase, en plan se ha ha tomado el día», equivaldría a: «o sea», o a «es decir»…, «Mayte me mandó un mensaje en plan no vamos a ir a la fiesta», aquí es completamente prescindible o lo equivalente a poner unas comillas. También para dar énfasis a algo: «está bien tomarse un cafelito pero Nico se los toma en plan por la mañana, por la tarde y por la noche».
«El lenguaje juvenil español tiene, como todos los lenguajes juveniles, sus marcas propias, cambiantes y poco duraderas».
Algunos profesores se quejan de este uso desmesurado de esta y otras palabras como las que mencionamos en el titular: «básicamente, en verdad, óptimo, obvio y obviamente, ¡qué abuso!» (alguien ya de mi generación diría «¡qué pasada!»). Pero como advierte Lola Pons en este mencionado articulo, «el lenguaje juvenil español tiene, como todos los lenguajes juveniles, sus marcas propias, cambiantes y poco duraderas», porque estas modas lingüísticas vienen y van.