Viajar siendo adolescente, salir para poder comparar…
Los adolescentes viven en una sociedad bastante cómoda y necesitan hacer eso que ahora llama «salir de su zona de confort»…
Si hay una edad perfecta para viajar, es cuando nuestros estudiantes aún no han cumplido la mayoría de edad. Una de las mejores herencias que me han podido dejar mis padres es la de apostar desde mi infancia porque viajara fuera de casa. Empezamos con campamentos más o menos cercanos a casa. Más tarde estudiando carrera o el Erasmus, siempre buscando conocer otras personas, idiomas, culturas etc. y hasta hoy.
La mayoría de nuestros adolescentes no son aun del todo conscientes de lo que significa viajar a un país extranjero. Concretamente en España, vivimos en general, en una sociedad que se encuentra muy cómoda en su barrio, en su ciudad, etc. Aún ve el viaje como algo puntual y para muchos, aunque tengan posibilidades, no lo tienen como un anhelo.
Nosotros nos encontramos a menudo con adolescentes padres que piden una estancia en un país extranjero para sus hijos. El objetivo es que estos aprendan idiomas, comunicarse, conocer a otras personas, etc. Desafortunadamente, Estos jóvenes lo ven más como un castigo que como una oportunidad. Finalmente, estos buscan que el periodo de tiempo sea el mínimo posible ya que no les ilusiona en exceso.
Compartir nuevas experiencias con jóvenes de otras nacionalidades, cultura y educación nos hacen abrir nuestra mente y ampliar el foco…
Mi trabajo consiste en eso, en ilusionarles, en hacerles ver que un viaje educativo vale para aprender algo más que un idioma. Es abrir una ventana en ese mundo tan cerrado en el que viven. Vivirán y compartirán experiencias con otros estudiantes de su edad. Tendrán la opción de salir de casa y ver como son los hábitos de otras familias (echar de menos a la suya). Entrarán en contacto directo con el idioma que estudian y sus variantes, sus dificultades a la hora de hablarlo o entenderlo.
Viajar siendo adolescentes les abrirán su mente y podrán tener opiniones propias sobre las cosas que ven y por lo tanto, comparar con más juicio. Al final del programa, quedarán marcados positivamente por esta experiencia vivida: tanto si la experiencia ha sido de pocas semanas o más larga durante un semestre o año académico. Comerán diferente, hablarán diferente, conocerán gente y ciudades diferentes, etc.
Lo local debe traspasar las fronteras para hacernos más internacionales, esto nos hará ser más de nuestra tierra y también ciudadanos del mundo…
Animo por ello a todos los padres y profesores a incentivar a los jóvenes a viajar cuando aún son adolescentes. Existen muchas formulas y nosotros ¡nos dedicamos a ello! Diseñamos programas con multitud de destinos y experiencias, estancias lingüísticas también en verano para estudiantes individuales. También para estudiantes españoles que quieran mejorar su nivel de inglés, aprender francés o alemán, y multitud de multitud de destinos en Europa y América…
En la sociedad española actual, como en otras de nuestro entorno, se impone en los últimos tiempos una tendencia a ensalzar lo nacional, lo de aquí, banderas e himnos para dar protagonismo a lo nuestro, a nuestras tradiciones, a nuestra forma de vida. Eso sin duda, está muy bien, en su justa medida, pero seremos más de nuestro pueblo y nuestra tierra cuanto más hayamos viajado, cuanto más hayamos tenido la oportunidad de vivir en las sociedades de otros.
Dicen que «las personas no hacen viajes sino que los viajes hacen a las personas» y con esta frase final ¡¡nos quedamos sin duda!!
Agustín García, director de Educatrip